lunes, 1 de febrero de 2010

Corporocracia

Me ahorran otros (por ejemplo http://filipicasmorote.blogspot.com/) tener que detenerme a comentar el hecho: que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, nuestro sagrado norte, ha decidido suspender toda limitación a las aportaciones de lobbies, corporaciones y empresas a las campañas de los partidos políticos. Espero no caer en la preterición si digo que se consuma así, el 21 de enero de 2010, el fin de la democracia bufa en ese país y da comienzo la era de lo que, en justa atribución terminológica, habría que denominar por infausto nombre ‘corporocracia’.

Como es de rigor en mi blog, quisiera, eso sí, comentar brevemente el dicho: el Tribunal Supremo de aquella república corporocrática alega como fundamento legal de su decisión la llamada Primera Enmienda de la Constitución, es decir, la libertad de expresión.

Permitidme hoy que, en primer lugar, me autoplagie: hace algún tiempo, a propósito de un sarcasmo semejante, llamado Berlusconi, escribí:

En otro tiempo se decía simplemente “Dios”, y hay que reconocer que algo hemos avanzado. Pero, en defensa de lo de siempre, los privilegiados se han ido quedando poco a poco con el lenguaje de los críticos, con los eslóganes de sus manifestaciones callejeras y hasta con la calle misma de sus manifestaciones.

Libertad: dícese del derecho del dinero a gozar de sus privilegios. Otros sinónimos: “elegir”, “elección”, “elecciones”.

Quod erat demonstrandum…

Además, quisiera recordaire una cita de Henri-Dominique Lacordaire, cristiano comprometido, en el señalado año de 1848: ‘Entre el fuerte y el débil, entre el rico y el pobre, entre el amo y el siervo, es la libertad la que oprime y la ley la que redime’.

En el abismo del subconsciente colectivo, el Dragón (Dracón) ayudó al pueblo a escribir las leyes para protegerse de la libérrima interpretación del poderoso. Estamos deshaciendo ese camino.