domingo, 19 de abril de 2009

S.O.S.: nos roban la sierra

El otro día salí a dar un paseo con la familia por el valle de La Barranca, un espacio privilegiado al pie de la Maliciosa bien conocido de los vecinos y aficionados a la sierra madrileña. Me llevé la sorpresa de la jornada al llegar a un área especialmente frondosa y bella junto al río: la encontré vallada y cercada, con sus majestuosos pinos de Valsaín convertidos en atracciones de feria y con una caseta de acceso en la que se vendían entradas al recinto ¡por 22 euros! Yo había visto ya ese tipo de negocietes en Francia, donde los llaman “acrobranches”, en que se otorga a una explotación privada el campo de todos en aras del sacrosanto entretenimiento (el “entetanamiento” que dice Gabriel Sala) y con la sacrosanta coartada de siempre: los puestos de trabajo. También allí los creadores de empleo, alias creadores de riqueza, se están apropiando lisa y llanamente de los espacios públicos, colocando a los árboles más nobles collarines de cuerda y madera, maniatando sus ramas con lianas y tirolinas a su antojo – pero nunca había visto que se vallasen y se prohibiese el acceso libre. Eso está sucediendo aquí. Se otorgan concesiones a ciertas empresas para que transformen la naturaleza en pueriles parques de atracciones. El resultado directo es la imposibilidad de transitar por lugares por donde siempre se ha transitado sin problemas: me llegan informaciones de que, con ese truco, se han cerrado espacios en La Bola del Mundo, Las Cabrillas, la Maliciosa, Ventisquero de la Condesa, Nacimiento del Manzanares, Valdemartín, Cabeza de Hierro, Siete Picos, Camino Smith…  ¡Y pensar que en algún momento creímos que la sierra de Guadarrama se protegería bajo la figura de parque nacional! El gobierno de esa mujer que pasará a la historia local de la infamia, Esperanza Aguirre, está privatizándolo todo, tierra, agua y aire. Pobre pueblo de Madrid que no comprende lo que está sucediendo, reata de amantes de las motos y los coches, los colegios privados, la mutuas privadas y las urbanizaciones para pijazos: la derecha ha dejado de despreciaros y ahora os corteja porque sois tan tontos que, democráticamente, les dais a cuatro amigotes lo que es de todos aplaudiendo después satisfechos con esa mirada canina y boba que pone el ignorante borracho de soberbia. ¿Qué tiene que pasar para que reaccionéis?